Reflexión: La bajeza de un padre es la marca de unos zapatos
El corazón se fortalece cada vez que uno elige no igualarse a lo pequeño, a cada acto de miseria ajena, a cada mezquindad disfrazada de excusa.
A cada maldad envuelta en “no puedo”
me recuerda la abundancia de mi ser:
abundancia de conciencia, de entrega, de responsabilidad, de amor.
Un amor puro, incondicional, infinito… ese que solo nace en el vientre de una madre.
Yo sigo caminando, avanzando aunque otros quieran hacerme caer…..
No sucederá, ni corriendo me alcanzarán… porque hace rato me encuentro en la meta. Y a esa los miserables no pueden llegar.
Mi victoria es mi paz.
Mi felicidad… es la distancia.
Mi alegría, acompañar a mis hijos en su diario caminar.

Comentarios
Publicar un comentario